Todas las expresiones culturales de nuestra gente, guardan una gran riqueza Entre artesanías, bailes y todo lo que conocemos como nuestra cultura; en ella se reúne una parte importante del patrimonio inmaterial. 
Con el lanzamiento del concepto Wow buscamos rendir un homenaje a nuestras tradiciones de una forma diferente. Una edición especial inspirada en la magia de nuestras historias donde Haceb toma la vocería para contarlas.

En 1548 en época de conquistas e invasiones, tuvimos la primera catedral de américa del sur. 

Y aunque tenía cañones acompañando las torres, el pirata Morgan y sus hombres lograron destruirla. Los altares hacen parte del espíritu de los colombianos y están todas partes.

Veneramos a los santos y santificamos las fiestas. Tenemos vírgenes morenas y rosarios llenos de color que protegen nuestras busetas, nuestras casas y nuestros caminos. Entre dorados, madera tallada e imágenes está el origen de nuestra devoción.

Todo comenzó en 1913 con dos hermanos y un Studebaker. Así fue como importaron el primer chasis de los Estados Unidos. Se bautizaron como “Chivas” por el sonido del claxon que se escuchaba desde el pueblo anterior 

y que imitaba su balido.

A pesar de las lluvias y los abismos, las Chivas escalan montañas como nadie. Cargaron músicos, llevando conciertos, fiesta y alegría. Cargaron el campo y el café que nos representa en el mundo.

A la consentida, la andariega y el árabe las llenaron de color las historias, los pueblos y lo caminos por más de 50 años. Sin detenerse, hoy nos siguen conduciendo al arco iris, origen de nuestra identidad.

Dicen que las paredes tienen oídos, pero estamos seguros que también tienen voz. En los carteles callejeros están plasmados con sellos, tinta, papel periódico y la ayuda de un palo de escoba, la historia de un país.

Cada esquina, poste y muro de concreto sostienen 114 cambios de presidente, orquestas que llenaron nuestras noches de salsa, obras de teatro y hasta películas. Que no ganaron un oscar, pero si nuestro corazón. Pintando las ciudades grises de colores, el origen cultural de nuestro país se resiste a desaparecer.