Basándonos en las consecuencias directas que implica la explotación laboral infantil (negación a la educación y al juego; imposibilidad de ser niño), Ana María Gil y Sílvia Corral hemos creado una campaña social urbana con el objetivo de visibilizar un asunto extendido en todo el mundo.
MENSAJE
Para incitar a la reflexión ciudadana se ha decidido trasladar la sensación de imposibilidad al recreo a las calles de la ciudad, creando un espacio de juego imposible para que el peatón empatice con la situación.
¿CÓMO?
El conocido y reconocible juego de la rayuela permite una asociación directa con el juego infantil, permitiendo alterar sutilmente el dibujo sin que se deje de entender la referencia. Así, al eliminar los números, para dar a entender que no hay juego, y al colocar obstáculos urbanos en alguna de las casillas, para imposibilitar su funcionalidad, sigue entendiéndose el símil.
