En la provincia de Los Ríos ocurre una suerte de secuestro del agua. La utilización del líquido vital y el acaparamiento de las fuentes de agua subterráneas por parte de la gran industria bananera afecta, entre otros, a los pequeños y medianos productores. Además, la contaminación causada por el las plantaciones bananeras afecta la cultura y la vida de las comunidades que dependen del río. A medida que las fincas tradicionales desaparecen y las grandes se transforman en monocultivos bananeros, la cultura del agua automáticamente desaparece. La flora y la fauna en las riveras de los ríos están en riesgo. La vida está en peligro.

Retrato de una familia que habita al interior de una finca productora bananera, miles de personas están expuestas permanentemente a las fumigaciones aéreas, químicos que generan enfermedades en los y las habitantes así como también contaminación en las fuentes de agua.

Los y las trabajadoras del banano trabajan dentro de las plantaciones sin ninguna protección, están permanentemente expuestas a los químicos, la manipulación, fumigación y tratamiento del banano se hace de manera directa.