Vivimos en una sociedad donde la gente cuando está sentada en su sofá viendo la televisión en familia, -entiéndase por el hijo pequeño, quizá un hermano o dos, el papá y la mamá-  se atemoriza porque un seno o alguna escena de amor, apareció. El papá toma enseguida el control remoto y cambia de canal a uno de esos de noticias americanas. Aparece México y se ponen imágenes con violencia. Gente en el piso, gente colgada, o machacada.
¿Y su reacción? . Nula.
Después de un rato, papá vuelve a cambiar el canal por aburrición. “Unos más a la lista”, le dice a su esposa, como diciendo “Un taco más”, “Un terrón de azúcar más”, “Unas cervezas más a la lista del súper, mujer”.
Ahora vemos “Duro de matar 562531”, o no sé cuál... Y nada. Todos felices.
 
Estamos en una sociedad donde la gente cuando ve a dos hombres agarrados de la mano mientras caminan por la calle, voltean enseguida a otro lado como si les causara vergüenza, miedo, temor ver “eso”, porque no, ese no es amor; debe de ser alguna enfermedad de esos dos.
Una sociedad donde la gente se vuelve loca si una mujer sube una foto en brassiere a alguna red social, pero si es en top de bikini, es normal.
Y las instituciones de “alto nivel”, de esas que dicen forjar el alto espíritu emprendedor y el desarrollo de conciencia de solidaridad y compromiso con la sociedad a la que pertenezca; niega que los modelos para las clases de arte estén en completo desnudo. Se niega a las exposiciones de arte con desnudos a nivel profesional, porque los papás de los jóvenes que se encuentran entre los 19-24 años “¿qué van a decir?”.
La apertura de un grupo estudiantil donde se fomente la igualdad de derechos humanos dentro de dichas instituciones sólo será real en alguna broma, porque algo así sería “incitar lo homosexual y todas esas cosas”.
 
Una sociedad a la que le da pena quitarse la ropa cuando alguien está presente, pero no sienten nada cuando vomitan palabras. Porque eso hacen, nada más abren la boca y dejan que todo lo negro salga.
O cuando unos se sienten más que otros. Cuando en realidad todos venimos del mismo lugar y terminaremos en el mismísimo porque polvo fuimos y polvo seremos.  Quizá hay unos más chaparritos, otros más jirafones; unos más canela; pero al final, somos iguales ¿no?.
Lloramos. Reímos. Sentimos. A veces más, a veces un poquito menos porque nos termina ganando el miedo. Pero al final somos iguales. 
 
Nonosperdamos.
Society
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