La frialdad del matiz plata nos traslada a un color pasional como es el granate, que simboliza la irreverencia. Los verdes en esta carta aportan la imagen negativa de inmadurez social y de falso equilibrio en la que nos encontramos, mientras que el punto de interés se ubica en un rosa que se interpreta como debilidad. La propuesta acaba con ocres de saturación controlada que encarnan el miedo social existente, y que se equilibra con la presencia de un beige oscuro que estimula la serenidad.