M. Emilia Gomez's profile

Tu mano en mi cara.

Tu mano en mi cara


Camino en el bosque y en un llano rodeado por él mismo, un cubo negro, un cuadrado perfecto yace sobre el pasto, tiene una puerta negra también.
Entro y está él, solo él y yo.
Dos metros cuadrados para poder mirarnos con tiempo y dedicación, hace siglos que no nos mirábamos. Se que tiene ganas de reconocernos en detalle otra vez, nosotros que fuimos una misma materia, sentimos todas las fuerzas nucleares dentro nuestro, luchamos contra todo para permanecer unidos como átomos, la presión de afuera solo solidifica el núcleo.
¡Cuánta electricidad! puedo sentirla.
¿Es cuando me duermo que te puedo ver? Si no te veo, ¿estás ahí? puedo sentirte, siempre gravitando, influis en mis mares y en mis corrientes como la luna lo hace con la tierra.
Este sueño me persigue.
Estamos ahí mirándonos y nos da vergüenza como dos adolescentes, somos solo eso, dos niños escondiéndose para poder sentirse.
Ese cubo alcanza y sobra para nosotros que queremos estar cerca, que nos extrañamos en sueños pero también de día, de noche, en la ducha y en los caminos. Cuando me cubro con la frazada en la cama creó un espacio oscuro, de la nada, lo creó para vos, para nosotros, para poder mirarnos.
En los reencuentros, a veces, nos decimos cosas que ya nos dijimos, pero más nos miramos. Lo hacemos con intensidad y con ternura, sabemos que falta poco para que todo se esfume. La sensación de que nacimos del mismo núcleo, ese que nos cobijó cuando fue, cuando nos amamos.
Nos acercamos y la energía ya puede verse recorriendo el espacio, estamos en nuestro hábitat, estamos juntos desde mucho antes, estamos en la unidad mínima de espacio posible, en el lugar más esperado.
¿Por qué te extraño? ¿O me extraño cuando estaba con vos?
Extraño tocarte, sentir la piel de tu cara, que es rara, ni muy tersa ni muy blanda, es espumosa y aireada. Te agarro la mano y me la pongo en la cara ¡Esa! esa es la sensación que más extraño, tu mano en mi cara, quería morderte, pero no lo hago.
Entonces si, tengo un sueño recurrente. Este: vos, nosotros.
Desde que entramos al cubo sabemos que nos vamos a tener que ir cada uno por su lado, de vuelta a su materia, Einstein tenía razón, muchos años después seguimos encontrando realidades alternas solo para vernos y tocarnos la cara.
No podemos esconder nuestra adolescencia, está ahí con nosotros flotando en la habitación. Nos apoderamos del espacio, lo incorporamos y hacemos fusión como electrodos. Somos la mínima expresión pero solíamos ser el universo, solo constituido por átomos tuyos y míos.
Pero nos pasó lo que le pasa a las estrellas, implosionamos y creamos otras galaxias. 
Nuestros átomos saben que están hechos del mismo elemento, de la misma energía, por eso abrimos portales en sueños, donde nadie nos ve y nos reunimos para poner en contacto nuestra esencia y así ,resistir, hasta el próximo encuentro; cuidate, cuidate mucho.
Tu mano en mi cara.
Published:

Owner

Tu mano en mi cara.

Published: