Una iridiscencia es un fenómeno óptico caracterizado como la propiedad de ciertas superficies en las cuales el tono de la luz varía de acuerdo al ángulo desde el que se observa la superficie. Este concepto me sirvió como referente para poder trabajar el continuo desarrollo timbrístico en una obra.
En orden para desarrollar el timbre, decidí organizar espacialmente los instrumentos, así podía tener control sobre la direccionalidad del sonido y de su sintaxis sonora. Otro de los recursos para seguir desarrollando el concepto, fue el de la transmutación del timbre de cada instrumento a lo largo de la obra, usando cambios graduales entre la ejecución de las gestualidades escritas y dando cuenta de su especificidad por instrumento.
