Aunque sea uno de los países más pequeños de Europa, Bélgica es un territorio que comprende ciudades impresionantes con sus cascos históricos medievales, y otras más modernas y cosmopolitas que combinan una agitada vida nocturna con delicias gastronómicas, como el chocolate belga y la extensa variedad de cervezas artesanales.
Es un país fácil de recorrer por lo que se puede realizar un itinerario para un corto tiempo, y aunque suele ser uno de los destinos olvidados por los turistas, tiene pueblos de cuento y entretenidas ciudades que compiten con cualquiera de sus países vecinos.
BRUJAS
Esta es una de las ciudades más mágicas y pintorescas para conocer en el país belga. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tiene un casco histórico medieval lleno de canales, con edificios característicos construidos con ladrillos y fachada de colores.
Es una visita que se puede realizar en un día, en la que se recomienda perderse por sus calles empedradas y recorrer a la “Venecia del Norte”, con sus rincones increíblemente bien conservados entre los que se destacan la Grote Markt, el Parque Minnewater y el Muelle del Rosario.
GANTE
Es otra de las ciudades que se caracterizan por su asombroso estilo medieval, con una gran actividad nocturna, ya que más de la mitad de la población son estudiantes que la llenan de vida.
La mayoría de sus sitios de interés se encuentran dentro del centro histórico por lo que es muy sencillo de conocer. No se debe abandonar Gante sin visitar el Castillo de Gravensteen y el Puente de San Miguel, desde donde se pueden apreciar las tres torres más icónicas de esta ciudad, las de la Catedral de San Bavon, la Iglesia de San Nicolás y el Campanario del Ayuntamiento.

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Descubriendo bélgica
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