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Linde | Laboratorio verde-azul

El proyecto tiene como punto de partida la aproximación teórica del antropólogo Arturo Escobar al plantear que “la crisis actual, es  una crisis de las formas de habitar”, en donde los conceptos de rurbanización y la de re- equipamiento ontológico ofrecen estrategias para lograr nuevamente la integración de los opuestos eternos de lo humano y lo natural.

Entendemos los bordes como “formas emergentes de vida en los intersticio de las ruinas dejadas por el capitalismo” (Tsing, 2015, como se citó en Escobar, xxx). Ruinas conocidas en la ciudad como la periferia, aquellos lugares compuestos por hibridaciones de contextos históricamente excluidos. Pero que a su vez, presentan la oportunidad de desarrollar formas de vida y de habitar divergentes al sistema y la crisis ambiental, social y política establecidas.

Adicionalmente, aparece el concepto de resonancias (AbdouMalik Simone), es decir, aquellas intervenciones acupunturales en las que se relocaliza el alimento y el tratamiento del agua. Estas acciones pasan a ser parte de una red de apoyo entre lo humano, lo no humano y lo no vivo, lo que permite ser habitantes activos de un suelo vivo.
Se plantea un acercamiento al área de estudio a partir de 3 ejes: un componente social, uno ecosistémico y uno referente al los procesos hídricos. A partir de aquí se establece una estrategia basada en el establecimiento de un sistema integrado de espacios públicos conformados por redes y nodos. Las redes responden a los procesos hídricos, ecosistémicos y de movilidad barrial, aquellos procesos rizomáticos que según Arturo escobar “implican ver el mundo como una constelación de conjuntos existenciales”. Los nodos, se traducen en  equipamientos de cuidado, cultura y educación ambiental, para comenzar a construir aquel re- equipamiento ontológico que moldea nuevas formas de habitar.
El área de intervención, el borde entre Patio Bonito, El canal Cundinamarca y el río Bogotá, se presenta como una oportunidad para desarrollar un parque hidroagrícola. La franja, o linde se divide en sectores, un primer sector más pasivo que alberga las actividades de cultivo por medio de los camellones Muisca y equipamientos de cuidado. Un sector más activo, se encuentra continuo al futuro parque Gibraltar aprovechando la conexión cultural con la localidad de Bosa; aquí se realizan actividades culturales, educativas y deportivas. La barrera que representa la futura infraestructura de la ALO se diluye al convertirse en un sistema de tratamiento de agua pasivo por medio de jardines inundables. El Río Bogotá es liberado de los jarillones para permitir el flujo de agua residual tratada hacia este cuerpo de agua de una forma pasiva, por medio de playas inundables , canales de conducción y camellones lineales para la amortiguación de inundaciones. 
El Río Bogotá, ha sido intervenido por medio de jarillones para evitar posibles inundaciones; sin embargo, se ha demostrado que esto solo son respuestas temporales a una problemática mucho mayor como lo es el cambio climático. Esta elevación genera una desconexión con los canales de agua pluvial, por lo que estos tienen que ser recogidos por el canal Cundinamarca y luego bombeados al río. Teniendo en cuenta lo anterior, la concepción del río Bogotá como un cauce y no como una cuenca ha llevado a una desconexión y a reconocer la inundación como un factor de riesgo y no como un proceso natural de los sistemas hídricos. El sistema regional del río comprende todos los cuerpos de agua del lugar, como los humedales, una cuenca que puede expandirse y contraerse al tener memoria y temporalidad. Así mismo se reconocen flujos no humanos entre el río y los humedales. ​​​​​​​
El tratamiento de aguas residuales en Bogotá es importante ya que el 70% de las aguas residuales de la ciudad se vierten directamente en el Río Bogotá, en este caso son las aguas de la zona sur de la ciudad. Con ello es importante, desarrollar servicios descentralizados para generar redundancia de sistemas en caso de emergencias e independencia. El equipamiento principal de esta zona es el Círculo de artes urbanas, una gran plaza pública para las actividades de arte popular de estos barrios, en el segundo piso, una sala para el cuidado infantil, y capsulas de living machine con lavanderías comunitarias. El humedal actúa como reservorio del agua tratada, así como un ecosistema para otras especies. La ALO abre la pregunta de como infraestructura gris puede transformarse en verde. De esta forma, se analiza la posibilidad de un sistema de una escala mayor para el tratamiento  de aguas y asi mismo la amortigucion de las crecientes del río Bogotá.
El equipamiento de mesón comunitario, responde a las necesidades de quienes habitan estos barrios y de iniciativos previas que ha tenido la comunidad en relación al los huertos urbanos y la autonomía alimentaria. Se implanta dentro de un paisaje de camellones de cultivo con el cual se abastece el comedor en una relación de reciprocidad y cuidado con la tierra, el agua tratada y la actividad humana. El centro del equipamiento es un living machine que a su vez se alimenta del calor del espacio generado por la lavandería comunitaria, nuevamente en un proceso simbiótico entre usos. El comedor está complementado a su vez por un taller gastronómico en el otro extremo de la zona de cultivo, este funciona como un espacio de conocimiento a partir del alimento y como una actividad productiva. Los camellones si bien tienen como principal función de la conducción del agua residual de las viviendas ya tratada por la living machine para el cultivo, también en eventos futuros de inundación servirán como amortiguadores.
Linde | Laboratorio verde-azul
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