Frecuentemente, orden y caos se entienden como extremos opuestos. Se repelen, no pueden coexistir en una misma intención a menos de que uno anteceda al otro, pero ¿No son acaso los extremos prueba de la existencia de un camino intermedio?¿Podría el caos aparente tener un orden implícito?. En la expresión de la organización de un código se encuentra un desorden ordenado. Aparentemente, podría pensarse en la aleatoreidad, la espontaneidad y el rol del azar en las iteraciones. Pero entendiendo la organización de puntos, lineas, vectores, pixeles y coordenadas dentro de una cuadricula en el espacio, se entiende que estas establecen un puente de conexión lógico y flexible materializadas en composiciones en 3D específicas e intencionadas. “La arquitectura inicia, dirige y organiza el comportamiento y el movimiento” (Pallasmaa, 1996), el indicio o la posibilidad de acción implícita en la arquitectura habla de un lenguaje flexible, adaptable, abierto al accidente y a la improvisación desde la exploración y la transigencia. 

Allen, Stan (1985). Field Conditions, Points + Lines: Diagrams and Projects for the City, Nueva York, Estados Unidos.

Pallasmaa, Juhani (1996). Los ojos de la piel, Ed. Gustavo Gili.

Merleau-Ponty, Maurice (2008). El Mundo de la Percepción, Ed.Peninsula.

Partiendo de una exploración sencilla en el INPUT, con el fin de interpretar un Bitmap en positivo y negativo en 2D, establecemos relaciones entre datos, pixeles y su posible composición en 3D. La extrusión de la imagen la hacemos a partir de un procedimiento con GrassHopper. Para cambiar el lenguaje de diseño, la resolución de la geometría, y la interpretación del espectador, exploramos con las iteraciones a partir de operaciones booleanas, cortes y cambios de escala en los ejes cartesianos. La exploración material la enfocamos en un proceso de diseño a partir de la escala, rotación y patrón de repetición de una imagen sobre cada superficie; así, obtenemos cierta flexibilidad para explorar el -look & feel- del resultado final