El animal que cocina

Prometeo en la mitología griega es un titán al cual junto a su hermano Epimeteo se le dio la tarea de poblar la tierra de diversas criaturas; entre ellas el ser humano, la cual fue su obra más destacada. Además de poblar la tierra, debía darle a cada criatura las cualidades que considerase necesarias para sobrevivir.  

A los animales se les otorgó características como el valor, la fuerza, la rapidez, pero, cuando llegó el turno del hombre, como eran su obra más preciada, se les dio dos dones. La capacidad de andar erguidos, para que se asemejaran a los dioses y, además, se les concedió el don más valioso que les pudieron dar, uno que los distinguiría de las bestias; la capacidad de hacer fuego.

Aún no se precisa la época en la que los homínidos comenzaron a dominar el fuego, algunos autores apuntan que esto fue hace quinientos mil o doscientos cincuenta mil años atrás ya que hay una mayor evidencia de uso del fuego en esta época que en épocas anteriores; sin embargo, otros indican que el Homo Erectus hace cerca de un millón ocho cientos mil años ya dominaba el fuego, esto debido a que en comparación con otros homínidos, este tenía una boca y dentadura más pequeña (similar a la de los humanos modernos) además de un intestino más pequeño. Esto debido a que una carne más blanda y fácil de digerir no requiere un sistema digestivo tan grande como el de otras especies, ni cierto tipo de dientes cuya función es arrancar la carne.

A pesar de esta discrepancia en cuanto a las fechas, lo que se puede afirmar es que el dominio del fuego permitió un mayor acceso a alimentos, al permitirse consumir raíces y algunas hierbas que, sin un proceso de cocción, serían venenosas. Esto les confirió a los homínidos una gran ventaja respecto a las demás especies ya que podían aprovechar muchos alimentos, ricos en nutrientes y energía, que otras no podrían consumir

Se discute también si el aumento en el tamaño del cerebro humano está relacionado con el dominio del fuego. Durante el curso del Pleistoceno el cerebro tuvo un incremento considerable en su tamaño, pasando de medir 600cc a 1300cc.

¿Pero qué pasa? Que un cerebro más grande es muy costoso energéticamente y carece de lógica que haya un crecimiento tan acelerado a menos que la energía esté disponible en abundancia. Por lo que se necesitaba una dieta de mayor calidad y densidad energética. Pese a esto no se puede asegurar que el desarrollo cognitivo sea una consecuencia directa del uso del fuego, como algunos autores han apuntado, ya que, el dominio del fuego en si implica un desarrollo cognitivo elevado, pero aún no se descarta que la cocina, junto con otros factores como una mayor socialización, pudieron influir en el crecimiento encefálico.

Si bien, hoy en día utilizamos otras formas de energía para cocinar nuestros alimentos, como la electricidad, la cocina como tal, uno de los descubrimientos más antiguos de la humanidad sigue ahí y sigue beneficiándonos con sus múltiples transformaciones que ha tenido durante las épocas. La cocina no solo nos dio una mayor disponibilidad de nutrientes, sino que nos protege al eliminar microorganismos patógenos de los alimentos, también nos permite aprovechar alimentos que, sin un proceso de cocción, no serían digeribles y que son una verdadera joya de la alimentación como lo son las leguminosas.

El regalo de Prometeo a la humanidad finalmente lo convirtió en un mártir, el ser el benefactor de la humanidad le costó como castigo ser encadenado a una roca en la que por 30 mil años un águila devoraría sus entrañas sin este morir. Hasta que finalmente Hércules lo libera de su tormento.

Gowlett, J. (2016). The discovery of fire by humans: a long and convoluted process. Royal Society. 371. (1696).
Wrangham, W. (2016). The curiously long absence of cooking in evolutionary thought. Learn Behav.  44:116–117. DOI 10.3758/s13420-016-0223-4
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