Un letrero escrito a mano que dice en inglés: "Mientras avanzaba, ocasionalmente vi breves destellos de belleza". Imágenes a velocidad rápida que muestran acciones cotidianas en cualquier calle de Nueva York. Flores. Luego entra la voz del señor que filmó todas esas imágenes y que, al parecer, graba ese sonido mientras monta la película que vemos. La voz parece al borde de quebrarse en cada nuevo fotograma. La voz de un Jonas Mekas con insomnio en su cuarto de montaje:

"Nunca he sido capaz de saber nada sobre todo esto. Sobre lo que se trata, sobre el significado de todo. Así que cuando ahora he empezado a reunir todos estos rollos de película, para juntarlos, la primera idea que me vino fue guardar su orden cronológico. Pero luego desistí y simplemente empecé a empalmarlos al azar, tal y como me los iba encontrando en la estantería. Porque realmente no sé a dónde pertenece cada pedazo de mi vida.

Que así sea, que así se quede, por puro azar, desorden. Hay un cierto orden en ello, un orden propio que realmente no comprendo, igual que nunca comprendí la vida a mi alrededor, la vida real, como la llaman, o la gente verdadera, nunca los comprendí.

Sigo sin comprenderlos, y realmente no quiero comprenderlos."

Después, repentinamente, desaparecen todos los sonidos. Otro letrero escrito a mano.