Uno de los objetivos prioritarios en 2013 era conectar con los jóvenes entre 18 y 25 años y proyectar en la marca valores de tecnología e innovación. Para ello, como acción de apoyo a la promoción Destruye uno, creamos “Destrucción mental”, un roadshow por las principales universidades de Madrid, Barcelona y Valencia, que ofrecida al target una experiencia lúdico-tecnológica con la marca y finalizaba con una invitación a registrarse en destruyeuno.com.
 

Como sucedía en el site, el público tenía que eliminar uno de los sabores pero, en esta ocasión, utilizando el poder de su mente. La tecnología aplicada era una nueva interfaz, utilizada por primera vez en asociación a un concepto publicitario de marca/producto, capaz de leer las ondas cerebrales a través de una diadema neuro-sensible. Solo aquellos que se concentraban lo suficiente podían destruir el sabor elegido.