POEMA I
Mis raíces
A mi aldea.




Mis raíces

Tengo en ti mis raíces arraigadas,
Doroña, y no soy ninguna cosa
más que uno con tus tierras arboladas.

Formo parte de ti como esa rosa
que un día te planté: te formo parte,
valle, aldea mía y luminosa.

Soy tu sangre y tu boca, tu estandarte.
Tranquila, tierra tranquila y olvidada,
que ya me encargo yo de recordarte.

Tierra en amor y horizonte empapada,
eterno atardecer de terciopelo,
tierra en infancia y en madera tallada,

te llevo en la mirada como un velo.
Enarbolo mis cabañas, tus tractores,
los cuentos de piratas de mi abuelo.

A donde yo voy, voy con tus colores
en la frente: os traigo cubierta esta
memoria con sus prados y sus flores.

Y la vida me arranca de ti y cuesta.
Me voy con mis abuelos en los ojos
y en mi recuerdo su sonrisa puesta.

Pero fuera de ti solo hay rastrojos,
tierra pura, en donde la mentira
retrocede y se esconde entre matojos.

Fuera de ti, el corazón me tira.
Me tiran del corazón tus raíces,
prado adentro, raíz a raíz, mira.

Y cedo ante ti, ante mis raíces,
y con las alas alegres regreso
y el alma rebosante en cicatrices.

Y ya no me voy nunca, como un beso.
No quiero cementerio triste y nada,
no quiero gris y muerte: no quiero eso.

Quiero entre raíces subir por cada
uno de tus prados, en forma de flor,
y bañarme en pura noche estrellada.

Quiero probar por su origen el sabor
de tus frutas y tu vino y de tu pan,
y ser tu arroyo y su espuma y su rumor.

A través de mis huesos de niño irán
cantando para siempre los manzanos
que con mi abuela abrazaba y sonreirán.

Viviré para siempre en tus veranos
y seré pájaros por los molinos
donde tanto jugué con mis hermanos.

De ti vengo y voy a ti por los caminos.


____________________________

POEMA II


Yo que viniera​​​​​​​

Yo que viniera poblado de colores.
De todos los colores del mundo
y de otros que aún no habían sido imaginados.

Yo que traía algo único dentro de mí, 
yo que traía aquella estrella entre las manos.

Yo que viniera poblado de selvas
de loros y jaguares
y tucanes y cascadas y tigres
y especies extintas y especies que aún estaban por venir.

Yo que viniera albergando un esplendor.
Yo que viniera albergando a los dioses 
de los dioses de los dioses de tus dioses,
y al lugar en donde habitan los orgasmos,
y a la plenitud, y al infinito,
y al universo que contiene al tuyo.

Yo que viniera con los ojos boquiabiertos.
Yo que viniera entre besos y canciones.
Yo que viniera entre plumas y entre lana.
Yo que viniera con alas y entre ángeles. 
Yo que viniera con aire y brisa y cielo.
Yo que viniera con caricias y amarillo
y rojo y verde, azul y sueños.

Yo que viniera poblado de reinos y de reinas.
Yo que viniera albergando a la primavera.
Yo que viniera albergando a la luna 
a la que tu luna mira 
cuando se desvela.

Yo que viniera poblado de colores,
yo que viniera poblado de mariposas y de frondas,
yo que viniera poblado de frutas y de flores.

Yo que viniera con todo esto dentro.

Yo que viniera para hacer temblar el mundo.

Yo que viniera para el amor,

sin amor me desmorono como arena.

El amor es la sustancia de que estoy hecho,
y sin amor me comen los jaguares,
y sin amor me abandonan mis colores.

Sin amor no puedo con mi estrella 
y me busco la muerte por las manos.

Sin amor me vuelvo pasto de mí mismo.
Sin amor me vuelvo uno cualquiera,
sin amor caigo a donde viven el resto de los hombres.

Amor, mira estas ruinas de mí mismo,
mira estas garras que me deshacen,
mira esta guerra,
mira esta sonrisa que se va
y esta mirada que se cierra.

Amor, mira estos sueños de muerte,
mira que me abarca esta lágrima negra.

Amor, mira este grito en silencio,
mira este desencanto, mira este desaliento.

Sin amor de qué me sirve
todo este tiempo que pasa y que me arrastra
de la nada a la nada.
Sin amor para qué quiero 
esta juventud, esta cara, este cuerpo.
Para echarlos por un barranco.

Sin amor para qué quiero la vida.

Yo que viniera para el amor
sin amor soy un hombre muerto.

Amor, atiende, acude, mira:
mira a este muerto que vaga a la deriva,
a este muerto que para el amor viniera.
Sigue al muerto con tus ojos, 
amor,
tus ojos, tus ojos, tus ojos, 
tus ojos donde está su vida entera.
(Algunos poemas)
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