La Espadaña del Camino
La unión del “menhir” nómada y la “espadaña” cristiana. El proyecto persigue, desde la abstracción simbólica y el esencialismo constructivo. Humanismo o Religión, la capilla es un espacio espiritual y de recogimiento. Una conexión entre el “yo-en-el-mundo” y el “lugar”. Entre el peregrino, la espiritualidad y los campos de castilla. Para dar al peregrino esta libertad de significado es imprescindible la no-explicación del proyecto. Al paisaje sólo le añadimos una espadaña, un muro y una entrada. Con estos elementos cada uno evoca su espiritualidad. En el proyecto le cedemos la palabra a Unamuno, que nos introduce en el “lugar”
La Capilla como Recorrido
El ser humano, consciente o no, siempre ha utilizado el “andar como práctica estética” (F.Careri.) Nosotros, con este proyecto, nos sumamos a ese pensar. La Capilla -del Camino de Santiago- se extiende conformando un ritual. Con el espacio dado por la naturaleza -el terreno, los caminos y la vegetación- se establecen una serie de etapas que el peregrino puede recorrer como un paso más dentro de su viajar, tanto físico como espiritual.
Naturaleza - Luz - Ladrillo
Los 3 elementos configuradores del espacio se relacionan de forma equivalente para construir la atmósfera espiritual del proyecto. El juego de sombras que se proyectan tanto por los elementos vegetales como los elementos de ladrillo crean al ambiente espiritual y de reflexión que se busca en la génesis del proyecto. Los muros de ladrillo transcienden su propia concepción constructiva pasando a ser esencia en la obra. La geometría ondulante, la superficie descarnada, el color, la textura rugosa y las sombras propias nos recuerdan a “las colinas plateadas testigos de glorias pasadas” que describe Machado en “Campos de Castilla”
